Después de una década de haber creado el sonido que definió a la frontera, el colectivo Nortec muta. De esta metamorfosis aparece hoy la producción Tijuana Sound Machine, de Bostich y Fussible. Si Nortec fusionó la electrónica con la música popular del norte mexicano, para conseguir un sonido único, que ya se convirtió en emblema musical no sólo de la frontera y de una generación entera. En Tijuana Sound Machine, Nortec da una vuelta más mediante la experimentación con nuevas tecnologías, la consolidación de un ritmo y la densidad emocional característica de Fussible y Bostich. Tijuana Sound Machine más que un nuevo album es una nueva urbe. Una ciudad hecha de puros sonidos.
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